En marzo del 2020, el Tribunal Supremo resolvió que la referencia del tipo de interés que se aplica en las tarjetas revolving tiene que ser el tipo de interés medio de las tarjetas de crédito que ronda el 20%, y no el casi 27% que intentan imponer las entidades bancarias.

Por tanto, cuando ha existido falta de información y el banco no ha cumplido con el control de transparencia, la cláusula de intereses debe ser anulada y las cantidades pagadas en exceso, devueltas. Lo mismo ocurre con la mayor parte de las comisiones incluidas en el contrato (sobre exceso del límite, de reclamación de cuotas impagadas y por retirada de efectivo) que también deben ser anuladas.